Se nos marchó una leyenda, mi maestro, Manuel el Relojero

Lo primero hacer oficial nuestro más sincero pésame a toda la familia desde el Club Náutico de Rota, Manuel Sánchez el Relojero fue socio fundador de nuestro club, un pilar fundamental de lo que somos ahora, un club donde intentamos dar conocimiento a los demás, ese que siempre tuvo a bien compartir con nosotros Manolo.

Hay personas que con un articulo podemos reflejar su vida, otras como en el caso de Manolo el Relojero que necesitaría un libro. Pero intentaré ser breve, el Relojero fue para mí el maestro el que me inició en el arte de la pesca. El que me enseñó cómo y cuándo debía salir a la mar, sus consejos y enseñanzas marcaron mi rumbo en este deporte.

Como todo pescador comenzó desde muy joven, se iba a los cañaverales del Pico Barro y allí elegía sus cañas. Sus zonas de pesca eran al antiguo muelle, o donde tiraba los restos la fábrica de José León de Carranza, una conservera de la que ya solo queda un pequeño vestigio. Allí comenzó nuestro amigo a pescar, lo que pasa es que elegía mal, ya que si el tiempo estaba bueno se iba y abandonaba el trabajo, después su padre obviamente enfadado, le partía la caña y pasaba un tiempo de arresto. Daba igual, otra vez al Pico Barro y a comenzar de nuevo. Cogía bastante pescado, incluso un atún, con la ayuda de los pescadores, ya que tuvo que soltar la caña. Si eres escéptico diré que fui testigo de cómo lo contaba un pescador y que los atunes también se acercan a la orilla, se han cogido en los corrales. 

Manolo siguió avanzando ya un poco más mayor y se compró su primer barco, llamado Jesusín, ahora podría ser una reliquia, ya que se tenía que arrancar con una manivela, no duró mucho y años después compró el famoso BBC, ese que tantas alegrías le dio, se sentía orgulloso de ese barco de madera. Pero donde le conocí en todo su esplendor fue con el Aurora II, una Rodman 700, empecé a salir con mi amigo Manolo para aprender la técnica de pesca y a fe que lo consiguió, eso sí, no sin llevarme alguna colleja. Sobre todo el día que cogí, supuestamente un parguete y me dio un pescozón porque era una breca de cerca de tres kilos “no ves que es una breca, vaya pescador mojón”, así era el Relojero.

Cuando contaba esas batallas de capturas enormes y grandes peces, no eran historias inventadas, eran realidades que yo he vivido con él, yo en mi modesta opinión, creo que no habrá jamás un pescador como él, con su sabiduría, pero dispuesto a compartirla con los demás, podemos dar fe de ello, mi intimo amigo Andrés Patino y yo, que compartimos muchas jornadas con él. Fue un gran pescador y un cazador experto, yo creo que todo lo hacía bien, por su carácter meticuloso y porque era muy organizado e innovador, el primer GPS de los pescadores lo tuvo él.

Me puedo perder en todas las pesqueras que hizo, pero lo dicho, daría para un libro, que puede llegar. Pero me quedo en su aspecto humano, el Águila, bajo sus alas todo el mundo estaba protegido, su familia, pero también sus amigos más cercanos. Algunos lo criticaban, pero supongo que la envidia que le tenían era más que importante. Bueno Manuel, no te molesto más, que seguro que estarás enseñando a pescar a los Apóstoles de Jesús y eso que ellos también eran pescadores. Nunca habrá nadie como tú porque eres irrepetible. Solo espero que sigas surcando esos mares y disfrutando de la pesca y la caza, allá donde estés. Los que aquí nos quedamos, te recordaremos, nuestro Club Náutico de Rota te honrará y seguirás

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