La borrasca Claudia ha dejado mucha agua, fuertes vientos y aparato eléctrico, en nuestra zona hemos tenido la suerte de que las rachas de viento no fueran excesivamente fuertes, el agua abundante pero tampoco para causar una devastación. Esto en cuanto a lo social de nuestra zona, pero lo que nos importa como navegantes y amantes de la náutica en general, es nuestra concienciación.
Los socios del Club Náutico de Rota han aprendido la lección que nos dejaron el diecinueve de octubre de dos mil veintitrés, la borrasca Aline y el veinticinco de octubre del mismo año, una durísima borrasca Bernard. En esos días aprendimos que cualquier cabo suelto, cualquier vela mal sujeta, era capaz de someter al extremo nuestras embarcaciones. Hubo muchas roturas, velas, foques, biminis, toldos, incluso se rompieron cornamusas del puerto, con la acción de un velero que soltó accidentalmente el foque y la Génova en pleno temporal. Vivimos momentos de angustia, pero la pronta respuesta de los trabajadores y marinería del Puerto Deportivo de Rota y la inestimable experiencia de Jesús Patino “el Bolita” mitigaron los daños a las embarcaciones y las propias instalaciones del puerto. Hubo daños y graves, fueron días horribles, con fingers rotos y pantalanes semi hundidos.

De aquellas cenizas llega un nuevo puerto, una nueva conciencia por parte de todos, que debemos estar más conscientes de nuestras embarcaciones, y así ha sido, Claudia salvo algún daño menor, no ha sido tan devastadora. Quizás porque no tuvo la agresividad de Aline o Bernard, pero también por la respuesta de todos nuestros asociados, con la gran labor de nuestra directiva que fue a por todas desde que se dio a conocer esta borrasca. Emails, artículos informativos, han servido para que nuestro puerto y nuestras embarcaciones estuvieran a salvo. Algún tirón de orejas, para embarcaciones mal amarradas, algún bimini sin recoger, algún toldo, alguna vela mal amarrada, pero poco más.

Pero no todo ha sido tan idílico para otros compañeros, Claudia se ha ensañado con la provincia de Huelva y sobre todo con su Ría, destrozos de todo tipo en infraestructuras y embarcaciones, ha sido horrible. Muchas embarcaciones hundidas y las infraestructuras destrozadas. Claudia entró de manera sorpresiva en esa zona, con una dureza increíble, mucho más fuerte que en la provincia de Cádiz. Nos conmociona ver tanta devastación, esos barcos de gente humilde en el fondo, esos sueños que se destruyen por la crueldad de la naturaleza. Claudia será recordada en Huelva, como ya lo fue Aline y Bernard. Entre todos debemos tomar medidas, puertos y patrones. Exigir más seguridad para nuestras embarcaciones, que esas zonas puedan tener un fondeadero más a resguardo de esos vientos huracanados. Se han visto imágenes desgarradoras, que nos hacían poner los vellos de puntas, sería necesario un reconsideración para esta zona. Diques de abrigo, algún cortavientos, bueno no soy precisamente un ingeniero, pero en Andalucía los hay y muy buenos, la Junta, esa que se prolifera en mandar inspectores por si te has pasado algún kilo de capturas, o si los peces tienen la aleta cortada, debería bajarse al mundo real, ir a Huelva, a su Ría y dar alguna solución.
